INCONTINUUM

jueves, junio 09, 2022

Parte del olvido

Lo único imperdonable es el olvido.

Olvidar que me olvido rápidamente de lo irrelevante, me sorprende y me aterroriza.  A un olvidadizo le da pavor olvidar.  Es esta pérdida sistemática y absoluta de razones por las cuales hacerte parte de mi vida. Qué terrible capacidad tenemos de eliminar huellas de los otros en nosotros. Algo en mi, simplemente limpia milimetricamente pedazos de vida. Un asesino implacable que elimina toda evidencia y borra toda huella. Es lamentable y desconcertante. Quisiera poder pensar en algo bueno como para guardar algo de ese tiempo y darle un lugar en mi. Y no sentir que he pasado por una Laguna espacio temporal que no me dice nada. Hoy por ejemplo me he olvidado dónde es que yo estuve todo este tiempo, buscaría un nombre o un gesto, algo.

Olvidar todo, profundamente, casi sin esfuerzo es terrible. Porque cuando se recuerda hay dolor o placer y se supone que olvidar podría suponer sentir algo. No hay nada. Pensar en el olvido sin poder recordar qué es lo que se olvida es muy decadente. Olvidar así entonces es lo contrario de amar, supongo o estar en un punto muerto. No es odiar porque eso implica -al menos- buscar alguna u otra razón para mantener el encono. Esforzarse. Eso también es “sentir” algo por alguien. Pero no hay nada más y ese vacío, ese silencio, esa nada es abrumadora. Hubo días que me levantaba pensando en algo que me permitiera anclar algún buen momento, algo bueno o malo para descifrar.  Hay veces en las que incluso me gustaría preguntarme qué sería de ti y comprobar -al menos-  que no fue una equivocación absoluta o una pérdida de tiempo. Creo que en esa última llamada, mi miedo principal era justamente saber que serías olvido inevitablemente.Pero no hay nada y Parece que ma da igual porque termino pensando en alguien más, alguien antes de ti, después de ti y me pierdo en otras cosas, nada me mantiene ahí. Todo es tan resbaladizo. Todo ahora es más relevante que buscar una sola causa para que vivas en mi memoria.

Esta vez, sumarás una cosa imperdonable más que yo te he hecho. Y yo sumo cada milímetro y segundo de tu existencia a mi olvido.

Soy culpable -totalmente- de olvidarte.