Lo que éste país necesita es un golpe de tragedia para darnos cuenta de que ese absurdo y leproso sentimiento de comodidad no es otra cosa que un aburrimiento adolescente, un aburrimiento naif del que no podremos escapar si vemos en peligro nuestra involución. Alguien decía que neustra democracia es adolescente, yo digo que es un viejo necio que no tiene nada que perder.
Lo que éste paisito necesita es deslindarse de sus habitantes insensibles, egoistas, narcisistas preocupados por su placer inmediato, su reflejo instantáneo. Éste país es un país de porristas futboleros y manifestantes, amas de casa encerradas temiendo por sus vidas (teniendo asesinos en sus casas), éste país de atracadores en sotana o en corbata, éste país de consumidores con tarjeta de crédito, de migrantes, de estudiantes que nunca abandonarán la universidad, de mexicanos que anhelan otro país por no atreverse a ver el propio, de hombres y mujeres llenos de miedo.
Lo que necesita este país es que matemos a todos nuestros políticos como a perros sarnosos y en la vía pública. Y eliminar de esas columnas sus rostros sonrientes como si éste país ya hubiese olvidado la puta política que han decidido hacer que brote de sus bocas. Lo que necesitamos es que la política no sea de temporada y discursos. La gente debe hacer, practicar la política y si es necesario el puño, el machete, la pluma, el pincel que se haga política no que se diga. Necesitamos que nuestra gente preocupada por comprar o consumir se de cuenta que éste México tiene dos caras como una moneda que no termina de volar en un volado y que ahora todo puede suceder. Lo que necesitamos en éste país es un golpe de la historia, que en un momento el rico como el pobre sufra el colapso de su historia (o que no en el sufrimiento y en las tragedias todos somos iguales), necesitamos un sufrimiento nacional que nos haga ver que nos queda la conexión con lo esencial y no nuestra tendencia con lo superficial, que la memoria tome por asalto nuestras casas que nos remuevan, que nos abofeteen, que nos quiten todos esos arraigos que nos hacen ser una sociedad pueril. Necesitamos que alguien nos regrese a lo elementalmente humano. O es que todos estamos ciegos, mudos, leprosos y sin memoria. Vivimos al día con nuestras raciones de esperanza y deseperanza. Con nuestra ración limitada de imaginación para imaginar éste país tan absurdamente superficial.
Lo que éste país necesita es un golpe, una abrupta división, una abrupta guerra civil. Y sólo entonces los que queden, sin prejuicios y ambiciones podrán imaginar otro tipo de país, aunque con el tiempo vuelva a pasar lo mismo necesitamos dejar de heredarles a nuestros hijos una cultura de explotación y abuso entre los unos y los otros. Sólo así podremos hacer un espacio vacío para que algo nuevo sea creado.