Mea culpa
Yo digo no, no y no. No me voy a ir. Me quedo y reclamo mis derechos, lo justo ni más ni menos. Yo digo que hay otras alternativas de ser padre y las voy a explorar todas más una, la que mejor se adapte al futuro de mi hijo y le permita ser un hombre feliz, generoso, apasionado y disidente de esta cultura cada vez más insensible. Voy en contra de todos los pronósticos, si. Pero esto es una cuestión de justicia, nada más.
Digo no, que no me voy a ir a un rincón a llorar la pérdida, voy a tomar mi parte y multiplicarla para que mi hijo sea lo que quiera y tenga que ser. Digo sí a la construcción generosa de un entorno alternativo que lo inspire, lo despierte y lo conecte con lo más elemental humano que nos hace estar vivos. Digo sí, a ser una más de sus alternativas y por qué no, una más de sus posibles elecciones.
Sí, Soy culpable de dividir su techo para que tenga dos hogares.