un sueño lesionado
Cuando uno construye un sueño, se deben tener claros los elementos que lo componen, en órden jerárquico -es decir los elementos imprescindibles y los que se pueden volver a conseguir, con un poco de tiempo y paciencia...materia prima del anhelo-. Cuando no tenemos claro cuáles son los materiales imprescindibles y el por qué de su importancia tendemos a confundir y a desechar los sueños más impresionantes y mágicos por la falta de un elemento que se puede conseguir en cualquier lado. La solución es más cara que el mismísimo problema. Cuando se duda de los elementos que quedan ahí y se para en seco un sueño que tiene un tiempo y ritmo definido por la posibilidad, ese sueño dispuesto empieza a saberse sacrificable y por lo tanto prescindible.
Este sueño se ha ido quedando a la espera de ser reordenado, antes de que lo imprescindible empieza a enfermarse de lo prescindible que se perdió.
Este sueño se ha ido quedando a la espera de ser reordenado, antes de que lo imprescindible empieza a enfermarse de lo prescindible que se perdió.
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