INCONTINUUM

miércoles, diciembre 21, 2005

El año del perro

Yo. Remedo de ilusiones. Debo extender una advertencia.
Al menos en este año y lo que queda de su extinta longitud de horas despiadadas: Me declaro un ser humano poco recomendable.
De mis extremos se delimitan mis fronteras. Lo que soy y lo que no soy. Lo que quiero y no quiero ser. Ese de adentro y ese que a partir de mi ya no soy yo. Input, output. De alguna manera algo de mi esta muriendo con éste año, mi plumaje se me escampa y no, no está nevando. Es la caspa de mi consciencia.
No sé en qué me he de convertir.
Un erizo enamorado.
Quiero llegar intacto, con le corazón esperanzado a la siguiente frontera del tiempo -no tengo mucho-, el tiempo de hijo del hombre.

El año del perro me ha guardado un milagro.
En este año pude ver el anticipo de un sueño: tú, el único vínculo que me hizo abrigar este sueño que me sigue llevando de la mano. Luz con curvas.