Estandarte

No concibo la vida sin el mínimo estado tolerable de esperanza.
Sé que cuando me miras y me dejas verte se para en seco el tiempo y el espacio se expande. NO hay otro sitio más que tú, y todos los instantes dibujan tu nombre en una bandera ondeante. El estandarte de tu mirada.
Y este rehilete que cuando tu aroma sopla, gira. Sus colores ya no están estáticos.
Tu mirada atraviesa todos esos muros que, a veces, construye airoso el miedo.