juego bizarro

Imposible dejar de jugar con la realidad. Imposible convencerse al mismo tiempo de que todo esto es tan sólo una ilusión. El velo de Maya. El "cuando era niño miraba como niño pero algún día veremos sin el velo". Imposible sucumbir ante una realidad que por mero cálculo aritmético la ecuación termina eliminándonos del problema. Imposible dejar de sentir que debe haber una salida...de pensar que qué somos, el heroe perdido, el laberinto o la doncella que espera que alguien atraviese un acertijo. Imposible deshacerse de esa atróz idea de que todo puede ser en vano.
La unidad, ese concepto que a los historiadores y los biógrafos les gusta ir empujando (como esos escarabajos que de la mierda hacen una esfera)no la terminamos de entender, nos inquieta el aqui y el ahora, nos inquieta el después, nos inquieta nuestra propia conciencia de nosotros mismos, nos inquieta este juego bizarro de vivir...a nosostros los hombres y mujeres no se nos permite ver nuestra propia unidad, por eso nunca seremos fieles a la posible descripición de nuestra tiranía, esa perfecta dictadura enana que controla nuestra incipiente (siempre incipiente) actitud crítica , estamos condenados a existir y hacer, pensar y cambiar sobre la marcha. "La vida no para" no hay que esperar que nos espere. La vida no nos debe nada. Somos porque estamos siendo y a nadie le importa porque los demás quieren ver en los otros lo que no pueden ver en sí mismos. Somos porque estamos siendo, porque en el fondo queremos ser otros, otros que se deslinden de esa enorme responsabilidad de ser nosotros. Somos otros, que son porque están siendo.
Y si hay algo que aprendí (frente a un café y con la carcajada del "que hago aquí, que alguien me lo explique") fue que todo gira y a veces estas arriba de ese juego de feria barato; y a veces no. Hay quienes la vida les sonríe. Hay quienes la vida ser ríe ellos.

La vida es un grotezco carnaval.