poeta? no...peatón
Sigo caminando por las calles. Me sigo tropezando con los rostros de la miseria, de los marginados del octavo pecado capital: la prepotencia.
Sigo caminando entre todas las ambivalencias. Soy y me reconozco el más absurdo de los anónimos que caminan con la coraza de capitalino a flor de piel. Un garabato, una incógnita, un fantasma que se sacude polvo gris. Soy un dios en harapos, colgado de los hilos del desasosiego. Un principe perdido. Nadie sabrá quién soy.
La vida duele tanto cuando entra por los ojos.
La verdad es un terrible golpe en la cabeza.
La memoria viene de píe en el metrobus y a esta anciana nadie le cede el asiento.
Sigo caminando entre todas las ambivalencias. Soy y me reconozco el más absurdo de los anónimos que caminan con la coraza de capitalino a flor de piel. Un garabato, una incógnita, un fantasma que se sacude polvo gris. Soy un dios en harapos, colgado de los hilos del desasosiego. Un principe perdido. Nadie sabrá quién soy.
La vida duele tanto cuando entra por los ojos.
La verdad es un terrible golpe en la cabeza.
La memoria viene de píe en el metrobus y a esta anciana nadie le cede el asiento.
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