INCONTINUUM

miércoles, diciembre 14, 2016

Cuando todo termine

Sólo soy un jodido desilusionado más. Desagarrado por dentro. Roto. Tratando de ocultar sus heridas, que son de muerte. Miento, miento como todos, como nadie. Pataleo como un niño sin público, a oscuras, a solas. Busco como si la vida dependiera de ello, como todos, un pedazo de placer, una migaja de ternura, una pista de nostalgia para olvidar por un brevísimo momento lo que soy en realidad. Gasto lo que me queda, lo que no tengo, despilfarrando palabras como si no careciera de ellas, despilfarrando miradas y latidos como si nunca se acabaran (alguien me dijo que todos tenemos un número determinado de latidos). Somos en verdad lo que queda cuando todos dentro de nosotros ya se han ido, cuando todo lo que creíamos haber ganado se ha podrido. Somos realmente cuando nos rompemos. Somos de verdad cuando nos damos cuenta de qué va realmente el truco....somos cuando nos reservamos la última de nuestras esperanzas para enfrentar nuestra propia muerte. Y rumiarla y repasarla a consciencia y con paciencia. Tan estoicos, tan jodidos, tan rotos....tan solos.