INCONTINUUM

martes, mayo 27, 2008

EMOCIÓN BLOGGERIL

Sí, debo confesar -acaso esto no es una especie de confesionario, en esto días en que ya nada asusta a nadie) que me gusta ver comentarios en mis entradas. Me pone contento ver todas esas palabritas que le dedican a lo que escribí...cierto no sé cuanta gente me lea, pero lo que si sé es que no son más que los dedos que tengo en una mano. Aún así agradezco profundamente el hecho de que alguien lea lo que escribo ¿a quién no le gusta ser leído y sentido en el mejor de los casos?
GRACIAS A QUIEN CORRESPONDA
Abriré una botella de vino y brindaré por esos ojos y esa sensibilidad que aunque anónimos se me antojan cercanos y brindo pensando que eventualmente la afecto (en efecto y afecto)...
gracias

después de escribir mi entrada pasada destaco algo que leí en alguna publicación de avión. El tema era sobre los niños y no pude evitar sonreír aún cuando me tocó un gordo que reducía mi asiento de avión a un asiento de camión guajolotero. Y lo que leí fue lo siguiente:

"Una vez que empecé a preguntarle a los niños (habla la morra que hizo el reportaje) iniciamos la pregunta de rigor ¿De dónde son? (...) todos me contestaron que de Nuevo León, que de Guadalajara, que de México DF pero Carlitos permanecía callado y cuando le repetí la pregunta el sólo pudo contestarme
- No lo sé, no me acuerdo."

Esto me hace pensar dos cosas: o vivimos con historias sobre nosotros mismos que alguien nos narró (lo cual confirma mi teoría de que somos lo que los otros nos enseñan a ser) o nuestra vida empieza con cuando adquirimos recuerdos (y que no siempre son nuestros)...vaya lo que puede hacer reír puede ser la golosina filosófica más atormentadora que pueda uno adquirir justo antes del vasito de jugo y un sandwich de tercera...además del conocimiento de que los ronquidos adquieren cierto encanto cuando no puedo escuchar mi i-pod

graffiti...el regreso

Uno siempre se está yendo. Eso, de alguna forma es lo que hace que estemos, aunque no necesariamente seamos. Ser y estar. Como sea no quiero caer en mis telarañas filosóficas. Así como un poeta lo dijo -no sé si accidentalmente o muy acertadamente- el amor es un adiós que no termina...la vida tendría que ser parecido a esto y parafraseo: la vida empieza cuando nos empezamos a despedir de la misma.