Desempleado
Estoy en la última de las curvas de mi patetismo. Y algunas curvas ya pasadas han sido tan cerradas que sospecho que otra más y decidiré soltar el volante. Vaya geografía, crokis de fatalismo, circuncida mi último sueño. La mejor metáfora del que vive es la del conductor que viaja por un viaje tan largo como tedioso y a veces lleno de curvas que despiertan o terminan buscando dormir largamente. En el fondo todos huimos de la descripción, en adejtivos y pleonasmos, que hacen las críticas más imparciales sobre nuestra existencia. Nosotros mismos o aquellos que nos aman como para meterse debajo de neustra piel y cubrirse con nuestros párpados.
Si, huyo de mi, de mi sonrisita estúpida cuando busco el atajo para aferrarme a lo que sospecho seré en unos días más y de esa absurda autocompasión barata que se me trepa cada que se me desdobla la bandera de victima. Optimismo autóctono???...sobreoptimismo que se traduce en una actitud esperanzada tan ingenua que da asco. A veces la fe es mentirse lo suficientemente bien como para engañar a la fatalidad. A final de cuenta todo tiene que ver con el fin y no los medios...el medio es un lujo que los injustos se pueden dar. Cierto: estoy abrumado de mis conversaciones conmigo mismo, absorto por que mi mente se empieza a ocupar únicamente de mi y de éste absurdo estado del alma de doblarse sobre sí mismo...el trabajo dignifica y entiendo porque los místicos terminan siendo sumamente lúcidos al punto de explotar y liberarse de esa noción de la naturaleza humana de hacer y ser...Por Dios, la diferencia entre un indigente y un empresario exitoso es tan sólo una oportunidad, una jodida y puta oportunidad. La diferencia filosófica sería el sabio atributo de haberla aprovechada. La diferencia moral, la de estar contento con haberla dejado pasar o vivir con la responsabilidad de haberla tomado.
La vida es eso.
Desempleado, ubicado en la no dignidad de estar ocupado con el más digno de los dones, la más noble de las actividades me dejo trepar por la angustia de saber que lo que realmente te aporta un trabajo es la posibilidad de pensar que dentro de todo lo imposible y absurdo de lo cotidiano, esta la necesidad de la posibilidad, el principio de incertidumbre necesario y el nivel de estupidéz mínima que nos permita estar tan distraídos de nosotros mismo como para poder vivir sin que enloquecer. Quiero ver el mundo através de la adversidad necesaria de sentirme inutil y desnudo de atributos de hombre exitoso. Sé a ciencia cierta que terminado esto no dejaré un minuto sin apreciar que el hombre hace más honroso este mundo con lo que hace, desde quitar el polvo con una escoba hasta el hecho de ser un director de cualquier empresa. Necesito revestirme del hecho de puedo seguir viviendo resignificando el concepto de ser digno de cada unidad de oxigeno que entra en mis pulmones y ratificar todas las expectativas, retribuir a toda la fe y el amor que se ha puesto sobre mi.
Si, huyo de mi, de mi sonrisita estúpida cuando busco el atajo para aferrarme a lo que sospecho seré en unos días más y de esa absurda autocompasión barata que se me trepa cada que se me desdobla la bandera de victima. Optimismo autóctono???...sobreoptimismo que se traduce en una actitud esperanzada tan ingenua que da asco. A veces la fe es mentirse lo suficientemente bien como para engañar a la fatalidad. A final de cuenta todo tiene que ver con el fin y no los medios...el medio es un lujo que los injustos se pueden dar. Cierto: estoy abrumado de mis conversaciones conmigo mismo, absorto por que mi mente se empieza a ocupar únicamente de mi y de éste absurdo estado del alma de doblarse sobre sí mismo...el trabajo dignifica y entiendo porque los místicos terminan siendo sumamente lúcidos al punto de explotar y liberarse de esa noción de la naturaleza humana de hacer y ser...Por Dios, la diferencia entre un indigente y un empresario exitoso es tan sólo una oportunidad, una jodida y puta oportunidad. La diferencia filosófica sería el sabio atributo de haberla aprovechada. La diferencia moral, la de estar contento con haberla dejado pasar o vivir con la responsabilidad de haberla tomado.
La vida es eso.
Desempleado, ubicado en la no dignidad de estar ocupado con el más digno de los dones, la más noble de las actividades me dejo trepar por la angustia de saber que lo que realmente te aporta un trabajo es la posibilidad de pensar que dentro de todo lo imposible y absurdo de lo cotidiano, esta la necesidad de la posibilidad, el principio de incertidumbre necesario y el nivel de estupidéz mínima que nos permita estar tan distraídos de nosotros mismo como para poder vivir sin que enloquecer. Quiero ver el mundo através de la adversidad necesaria de sentirme inutil y desnudo de atributos de hombre exitoso. Sé a ciencia cierta que terminado esto no dejaré un minuto sin apreciar que el hombre hace más honroso este mundo con lo que hace, desde quitar el polvo con una escoba hasta el hecho de ser un director de cualquier empresa. Necesito revestirme del hecho de puedo seguir viviendo resignificando el concepto de ser digno de cada unidad de oxigeno que entra en mis pulmones y ratificar todas las expectativas, retribuir a toda la fe y el amor que se ha puesto sobre mi.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home