INCONTINUUM

miércoles, enero 25, 2006

estados de ánimo

Podría decir, hoy, que estoy contento y nostálgico. Diariamente recorro una hora y cuarto en un silencio total, leyendo y reflexionando sobre el tipo de vida que estoy viviendo. A veces me gusta a veces no. Siempre recargado en la idea de que puede ser temporal y podré estar riéndome después del comentario: "te acuerdas cuanod recorría la ciudad para verte". Pero regresando a ese intervalo existencial en le que me encuentro en movimiento me veo como un viajero metafísico, formulando, reflexionando y pensando en todo lo que me hace ser una especie de extranjero en mi propia ciudad. Y Como es de esperarse, suceden cosas. Y es que, ¿cómo no suceden cosas bajo la conjugación de estos elementos? (me veo siempre preguntándome cómo sería una noche sin salir de casa para ir a nuestras casas). La soledad, entiendo, no es un ente que viene y va...es una condición y una actitud ante la vida y en esa plataforma o escenario, que también lo es, también termina siendo un punto desde donde observamos todo incluyéndonos a nosotros mismos. Y esa es la situación desde dónde estamos viendo neustra propia vida. ¿Y qué veo?...veo esa fluctuante manera de sentirnos, ese subir y bajar, ese ser la tormenta o los barquitos, ser dijera ese poeta maldito la cachetada y la mejilla. Ese fluir maravillados por el evento más hermoso: estar vivos, danzando al son del latido de nuestro corazón, respirar y suspirar, ventilando una esperanza.
Semejante decsubrimiento es verse a sí mismo en tal situación: como ese soñador que le cayó la verdad desde un árbol en forma de manzana.