INCONTINUUM

miércoles, septiembre 14, 2005

el prolífico

Como el rey que pidió ese deseo de que todo lo que tocase se conviertiera en oro, el hombre lo que toca lo hace humano, lo atrapa, lo encierra, lo nombra y lo hace sentido. Y así como el rey se sintió sumamente saturado al punto de la locura y la muerte con tanto oro que convirtió con sus manos, al hombre le pasa lo mismo cuando tanto sentido se hace sinsentido. La locura es poder vivir con todo ese oro que convertimos con nuestras manos culturales.
Bendita la posibilidad de poder decidir que convertir y qué no en oro...es decir dar vida al sin sentido.