Letal

Somos letales. ¿Cuánto dañé y cuánto me dañaron? no se acerca a ningun saldo de ninguna guerra, la ruta afectiva, ese camino sinuoso en el que hubo deseos y anhelo, lágrima y dolor. Y la mueca se hace cicatríz, renunciando a todo, vistiendo el corazón de vagabundo desmemoriado, implementando discursos de libertad que nunca la acariciaron.
Cuando el amor fue un juego hubo perdedores y ganadores, cuando fue vida hubo sobrevivientes.
Cuando fue juicio hubo culpables, víctimas y victimarios, cuando fue ensueño hubo confirmación o decepción, cuando fue instante, causalidad. Cuando fue voluntad hubo desengaño y aprendizaje. Ahora que es amor es posibilidad abierta.

Cuánto daño hacemos explorando lo que no es amor.