Las primeras impresiones
Las primeras intuiciones siempre resultan ser las más verdaderas -salvo cuando tenemos muchos más distractores en medio que sentidos-. Hace poco una amiga de años me dijo que lo que escribía no difería mucho de lo que pensaba cuando ella me conoció -hace ya más de 12 años-. El comentario me metió en dos grandes reflexiones. La primera tiene que ver con que no he podido superar mucho de lo que me inquietaba a esa edad -cuando empecé a leer y vestirme de ideas-, lo que confirma que el conflicto entre lo racional y lo afectivo sigue siendo mi más asequible golosina existencial. Por otro lado me abrió los ojos ante el hecho de que no he cambiado tanto y mis temporadas de sequías creativas, sólo fueron una irónica tregua, igual escribirlas ya, ahora, como las escribo puede estar anunciando su salida definitiva de mi vida -síntoma que anunciaría un reciclaje ideológico- o, y en eso habría que ser sumamente cautelosos, el que estén más arriagadas en mi como nunca y como siempre al punto que me están pagando con letras todo este tiempo que vivieron como las inquilinas abrasivas que son.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home