INCONTINUUM

viernes, enero 24, 2025

la musa indiferente

Las heridas son el precio de vivir, ella lo sabía y caminaba con ellas como lo hicieron las poetizas, con sus heridas a la vista. Aprendió de esas películas en blanco negro a ser altiva y doblarse en llanto en el momento pertinente razgando el cielo con una lágrima, aprendió a llorar por las esquinas y cuando doblaba sonreir como si nada. Espera la llegada de algún tren, con ese gesto de sentir sabiéndose observada, miradas buitre que vuelan sobre sus curvas, miradas ciegas que no veían sus cicatrices, era precisamente su susceptibilidad la que los atre, la desean pero no la podrán amar. La carroña del deseo.

"Engreido mal nacido, ya no piensas más en mi" Dice mientras se ve en el reflejo de un espejito, recordando a ese infeliz que la dejó llevándose esa mirada. Y camina en esos zapatos que tanto placer le dio ver en sus piés el día que los compró, haciendo lo que una mujer bella puede hacer, abriéndose camino, la supervivencia del más bello. No puede evadir a su propio reflejo en algún espejo enorme y se ve airosa, sobreviviente a su propia fatalidad. Ángel Atroz, porcelana de escaparate que siempre confundió el deseo con el amor, que no supo diferenciar las miradas. Condenada como los sanos a no apreciar lo que tienen. La vida sigue recordándole que alguien le robó la inocencia y con ella, la esperanza de encontrar lo que nunca ha de venir.

Nadie se explicaba como una mujer tan exitosa y tan hermosa terminaría así. En este mundo de espejos ella arrancó su propio reflejo y se fue.

Ahora vive retirada en algún lugar, decidió ser lo que la parte opaca del espejo le sugirió un día.
Cultiva flores y alguien alguna vez la oyó decir que las flores no tienen ojos y ella sería su musa. Ah la señora de las flores!!!
No la juzgues mal, descubrió su paraíso.

domingo, enero 22, 2023

miedos por armas

Ese justo momento en el que te das cuenta de que aprendes algo, ese pequeño instante - también- en el que te das cuenta que es demasiado tarde. El chiste terminó hace mucho y apenas lo entiendes.
Entonces, sin público, sin una recapitulación, sin acuse de recibo, tus armas dejan de apuntar y como hojas que se desprenden, inertes, abandonadas por la rama caen y con ellas también cae una especie de velo, de telón, en el que puedes ver más claramente lo que simplemente son cuando tocan el suelo... Miedos. Solo miedos.
Entender es darse cuenta que no eran armas, siempre fueron armas apuntando a todo, incluyendo a quien se acercó a ofrecernos un poco de ternura. 
Entender que siempre apuntatse por miedo, miedo a romperte, miedo a ser visto como lo que eres un remedo de miedos, vulnerable que siempre entiende todo a destiempo. 

martes, noviembre 08, 2022

Reflechir

Volver a cargar, volver a apuntar. Ajustar la mirada. Tensar. Tirar.

En esencia el arquero, empieza por apuntar a un solo punto para ser eficiente: su propio corazón.

Todo vuelve a estar en su lugar.


lunes, septiembre 12, 2022

Una para llevar

 Sucede que cuando no escribo estoy viviendo y cuando no vivo del todo -a manera de pausa- escribo. Sucede que en esa tentativa y expectante marcha siempre aligeró mi ansiedad escribiendo. Luego, después del primer paso, todo se ajusta y se prepara en mí para vivir. Así como la piel recoge estímulos que llevará de inmediato al cerebro para sentir, mi epidermis emocional recoge vehemente todos los estímulos que vive ahora llevando cada uno de ellos a un corazón que desmenuza lentamente todo lo que estremece mi vida. 

Sucede que -a veces- si guardo silencio es porque estoy sintiendo. Si se me acumulan las palabras,  saldrán de mi o volarán para acomodarse en mis dedos y mis labios.

Sucede que que callo porque estoy viviendo.

lunes, julio 18, 2022

Un separador que habla mientras camina

 Lo seguimos donde lo dejamos y donde lo dejamos quedaron dos sombras y un beso que siguen caminando en Madrid, aguardando un semáforo en Paris, huyéndole a la lluvia y el frío en una Ciudad de México y regresando por nuestros viejos pasos en una Tijuana en espiral y metamórfica. 

Lo seguimos donde lo dejamos porque esta historia no es un relato advenedizo o improvisado. Esta llena de palabras y de pasos esparcidos por muchas banquetas.  Es un delicado entramado de tácticas y estrategias que se fueron bosquejando desde hace más de 20 años atrás. 

No te espantes del ritmo y la cadencia de esta historia que le gusta estirarse y encogerse como un acordeón en el que vamos y venimos retomando esa conversación en la que nos contamos -asombrados- lo que nos pasó mientras regresamos -más grandes menos niños- a ese punto donde lo dejamos la última vez.

Seguimos donde lo dejamos??

Escribir, ese delay de vida

 Escribir por escribir. Escribir para no olvidar. Escribir para volver a vivir. Escribir para dejar un rastro. Escribir para que nos suelten. Escribir para que no nos dejen ir. Escribir para elaborar mientras se dice. Escribir para volver a empezar. Escribir para testificar. Escribir para estar menos roto. Escribir para lastimar menos. Escribir para estar más cerca. Escribir para alejarse un poco. Escribir para desangrarse. Escribir para reagruparse. Escribir para saberse replegar. Escribir para descubrir. Escribir para exorcizar. Escribir para no explotar. Escribir para provocar una respuesta. Escribir para no seguir hablando. Escribir porque no queda de otra. Escribir para ir más lento. Escribir para soñar. Escribir para despertar y despertarnos (sí café sin azúcar por favor). Escribir para hundirse como una piedra. Escribir para flotar como un madero. Escribir para sobrevivirse. Escribir para terminar de fracasar. Escribir para ponerle una pausa a lo inevitable. Escribir para seguir de pie. Escribir para saber caer. Escribir para vivir. Escribir por escribir.

Escribir.

domingo, julio 17, 2022

Hacemos lo que podemos

Sólo hacemos lo que podemos para hacer algo bueno en este mundo, que - su vez- es un mar de posibilidades en el que terminamos haciendo lo malo y mostrando lo peor de nuestra especie.
Hacemos lo que podemos.
Lo que podemos.
Sólo.

 

miércoles, julio 13, 2022

Los viajes son los viajeros

“Los viajes son los viajeros” decía Pessoa, como el arte son los artistas y el amor son los amantes. El hacer debería definir lo que tanto deseamos describir, no al revés; el contar le da vida, pertinencia, existencia; lo enmarca y el que lo hace es testigo y lo deja a la posteridad como algo vivo y algo para recrear. Si todo es auto referencial y las grandes historias, las grandes canciones, los grandes poemas y las grandes odiseas las termina por contar el corazón más aguzado, el más comprometido, el más capaz o simplemente el único sobreviviente, cuántas historias terminaron en el olvido??Cuántas “versiones alternativas”, cuántos viajes, cuántas historias, cuántos personajes entrañables, cuántos villanos solapados, cuántas advertencias, cuánta vida, cuantas aventuras que jamás mostraron su punto de vista. Cuánto se perdió porque nadie se tomó la molestia de expresarlo aún cuando estuviese impregnado de parcial referencia, aún cuánto subsistiera de pura y llana subjetividad. Cuánto, cuánto nunca se contó o cantó, cuánto terminó en el olvido. Cuántos lugares, tiempos, amantes, palabras, canciones, sensaciones universales sí pero destejidas e insospechadas. 

Deberíamos terminar esa frase: los viajeros son los viajeros, sí, los viajeros que regresan y están dispuestos a narrar lo que vivieron. Lo que no se cuenta está condenado al olvido.  De ese otro lado nadie más dirá nada más. Enmarcamos -de entre todo lo insoportablemente cotidiano- lo que queremos que de nosotros nos sobreviva cuando ya no estemos más aquí.
Contar sobre algo o alguien es un acto tan valiente como generoso. Sé que de cada una de las personas que escribí, escribo y escribiré seré testigo, son mis viajes más recordados, mis canciones más sentidas, mis historias más atesoradas.
Por eso desletrarse…por eso escribir y escribir porque al hacerlo ponemos rutas y pines al mapa. Porque queremos regresar a contar lo que vale la pena.