Inquilino de mis propios sueños veo pasar la noche desde ese impaciente balcón.
Es la costumbre de lo humano decir hola y adiós, amarrar los días y soltar las noches. El rito de vivir.
De todo y ante todo no me cuesta ser humano. Es en esos lapsos, en esa combinación entre el espacio, la noche, la magia y tú en los que no me acostumbro a decir adiós.
¿De quién es el adiós, del que se va o del que se queda?
Es la costumbre de lo humano decir hola y adiós, amarrar los días y soltar las noches. El rito de vivir.
De todo y ante todo no me cuesta ser humano. Es en esos lapsos, en esa combinación entre el espacio, la noche, la magia y tú en los que no me acostumbro a decir adiós.
¿De quién es el adiós, del que se va o del que se queda?
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