Mi facultad de decepción sobrepasa el entendimiento. Alguien me hace comprender a Buda, pero también ese alguien me impide seguirlo. No hay fe sin disposición. Mi facultad de renunciar facilmente no debe ser confundida con mi capacidad de resignación. Muchos años nos van formando un caracter, que de ingenuo a mezquino muestra sus inmutables transiciones. Aspirar a ser con otro es algo muy lamentable, más cuando hay conciencia del egoismo, por Dios, esto es lo único que nos queda con los años. Solos estamos, solos nos vamos. Ejercitar la decepción como el asombro garantiza un buen tránsito por esta vida. Y mientras podemos irnos por ahí diciendo "amo y luego no, amo y luego no", como en un mantra que nos hipnotiza, como el hipo de una incapacidad necesaria.
Se puede soportar cualquier verdad, por muy destructiva que sea, a condición de que sea total, que lleve en sí tanta vitalidad como la esperanza a la que ha sustituido.
Se puede soportar cualquier verdad, por muy destructiva que sea, a condición de que sea total, que lleve en sí tanta vitalidad como la esperanza a la que ha sustituido.
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