INCONTINUUM

miércoles, noviembre 09, 2005

estados de ánimo

Para ser un artista hay que ser un martir de la esperanza. Angustia y fatalidad han firmado la obra de cada artista, es la firma de la firma. Así como ese predicador que decía tener un aguijón en la carne y que a la larga se convirtió en el motor de su pasión, así el artista es herido en su vida, su corazón. Todo artista es una herida abierta.
Me niego rotundamente a ser un artista.