INCONTINUUM

martes, octubre 25, 2005

una fotografia

Siempre tuve la sensación de que el rostro que veía en el espejo no era el mío. Identidad negada de una imagen que no me ofrecía mucho. Con el tiempo las fotografías (esas en las que sale uno captado, congelado como evidencia de haber estado en algún lugar con alguien) dejaron de ser una evidencia de existencia en tiempo, espacio y hacia con los otros. Por eso escogí las palabras para recordarme cómo me veía, como me veré y como me ando viendo. Durante mucho tiempo guarde "fotografías" del alma, estados de conciencia, estados de realidad y anhelos volcados en bosquejos en blanco y negro y las letras trazaron mis gestos, mis alegrías y mis paisajes existenciales, había protagonistas, silencios, ausencias y sensaciones, looks existenciales...las letras hacían brotar esos estados de vida que me fueron diciendo cuanto dejé atrás y cuánto (s) me dejarón atrás, y mi oralidad visual obtuvo una razón válida, al menos para mi, de existir. Escribir para sobrevivirse y activar la memoria. ¿Qué más?.
Tengo fotos de la gente que amo (soy hijo de mi tiempo, por lo tanto visual) y cuando las veo traslado esa imagen a letras, en mi código expresivo, pero que quede claro que hacia los demás no espero lo que exijo en mi, se ver una imagen y aproximarme a ella con mis letras...sólo eso modifica mi cerrazón a una fotografía tradicional...mis imágenes son distintas, sólo eso.
Las fotografías son otra forma de ver las cosas, como las cartas, como los escritos, coo los cuentos, como una conversación, etc. Formatos para volcar la existencia.