INCONTINUUM

jueves, octubre 06, 2005

de noche...

Y de noche todos los gatos son pardos...tomando en cuenta cómo la luna ejerce ese poder hipnótico en los corazones, uno extraña más de la cuenta, necesita un poquito más de lo normal, desea con cierto sesgo colérico y sí, como reza el dicho popular, se nos homogeniza la mirada, vemos de forma similar las cosas que creemos extraordinarias durante el día y otros sentidos se nos agudizan al punto que pareciera que otro yo, no tan nuestro como el diurno, empezara a emerger de alguna parte de nosotros, con otros sentido propios del paseo nocturno, paseo del inconsciente; entre esa susceptibilidad nocturna y esa miopia de lo superficial entendemos lo que obviamos, sentimos más lo amado y deseamos más. Alguien dijo que la noche debilita los corazones, yo diría que debilita la razón y el corazón empieza a hacerse cargo del changarro.